Press release

Cuba: Las autoridades deben abstenerse de lenguaje incitante y uso de la fuerza contra protestas pacíficas

Los cubanos salieron a las calles en las mayores protestas antigubernamentales desde la década de 1990 por el acceso a bienes básicos, la situación económica del país y la respuesta al COVID-19, mientras las autoridades recurrieron a la fuerza y las interrupciones de las comunicaciones.

En respuesta a las protestas a nivel nacional contra el gobierno cubano, los comentarios incitantes del presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez y una violenta represión que ha provocado cientos de heridos y arrestos, Freedom House emitió el siguiente comunicado:

“Condenamos la violencia ejercida por el régimen cubano contra su pueblo el domingo. La comunidad internacional debe denunciar enfáticamente la 'orden de combate' emitida por el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, que podría provocar una violencia continua. Condenamos el uso de las fuerzas de seguridad para intimidar a los manifestantes, el despliegue de agentes antidisturbios armados con perros14 y el uso de gas pimienta. Exigimos justicia para las víctimas. Apoyamos al pueblo cubano que protestó pacíficamente para exigir sus libertades fundamentales”, dijo Gerardo Berthin, director de programas para América Latina y el Caribe de Freedom House.

Antecedentes

El 11 de julio, varios miles de cubanos participaron en las protestas más grandes vistas en el país en más de 20 años expresando su enojo por la situación económica del país, la escasez de productos básicos y la respuesta del gobierno al COVID-19. Las protestas comenzaron como una manifestación en San Antonio de Los Baños, al suroeste de La Habana, y se extendió rápidamente por todo el país.

En respuesta, el presidente Díaz-Canel llamó a sus seguidores a oponerse a los manifestantes, diciendo que “se ha dado la orden de combatir” en declaraciones televisadas. Las fuerzas de seguridad, incluidos oficiales vestidos de civil, trabajaron para dispersar por la fuerza las protestas. Numerosas personas recibieron disparos, mientras que cientos fueron golpeadas, heridas o detenidas. Periodistas que cubrían los hechos en La Habana presenciaron cómo las autoridades cargaban contra los manifestantes y lanzaban gas lacrimógeno y gas pimienta. El reportero gráfico de Associated Press (AP) Ramón Espinosa sufrió una fractura en la nariz cuando fue atacado por la policía de La Habana, mientras que el equipo de otro periodista de AP fue destruido contra manifestantes a favor del gobierno. Durante la noche se mantuvo una importante presencia policial en la ciudad.

Los cubanos también recurrieron a las plataformas de redes sociales para expresar su descontento y difundir sus actividades en línea. En respuesta, las autoridades interrumpieron los servicios de internet durante la tarde del día 11. Para el lunes 12 de julio, las autoridades bloquearon el acceso a Facebook, Instagram, Telegram y WhatsApp.

Freedom House ha calificado como No Libre a Cuba en su Informe Libertad en el Mundo 2021 y No Libre en Libertad en la Red 2020.