
Press release February 3, 2022
Un nuevo informe de Freedom House señala que defensores de los derechos humanos y activistas por la democracia se enfrentan a condiciones cada vez más adversas en toda América Latina
Un nuevo informe de base destaca que los defensores de los derechos humanos y sus organizaciones enfrentan legislaciones que criminalizan su labor, así como intimidaciones, acosos y ataques físicos entre otras violaciones de los derechos humanos.
América Latina fue el continente más peligroso del mundo para los defensores de los derechos humanos, y según el informe publicado hoy por Freedom House, la pandemia de COVID-19 ha exacerbado estos desafíos dado que los Gobiernos dictaron medidas autoritarias con el pretexto de hacer cumplir las restricciones impuestas por causa de dicha pandemia dirigidas a inhibir la circulación, restringir las libertades de expresión y reunión e implementar políticas de seguridad militarizadas.
“Este es un informe de base que traza líneas para expandir la investigación y análisis en estos temas,” dijo Gerardo Berthin vicepresidente de programas internacionales de Freedom House. “Este estudio es un primer intento de dibujar los principales entornos de apoyo y protección para activistas y defensores de derechos humanos en America Latina que se encuentran vulnerables, y resalta áreas principales que ameritan la atención regional y nacional.”
El informe encontró que el empeoramiento de las condiciones de los derechos humanos fue otra de las causas de los niveles sin precedentes de migración y desplazamiento —incluso por parte de defensores de los derechos humanos— en toda la región. En Latinoamérica las poblaciones cada vez más numerosas de migrantes y refugiados han resultado particularmente vulnerables en el contexto de la COVID-19 ya que los cierres de fronteras y los confinamientos tornaron aún más precarias las condiciones de vida, además de limitar la movilidad y el acceso a la información y a los servicios.
El panorama democrático de algunos países de la región es desalentador. En el Informe “Libertad en el Mundo 2021” de Freedom House, menos del 40% de los países en la región fueron clasificados como Libres. En el marco de este contexto, el informe ofrece una línea de base macro de las principales tendencias regionales en la protección y reubicación de defensores de los derechos humanos y organizaciones sociales que promueven la democracia en América Latina.
Hallazgos claves:
- Cada vez más, los defensores de los derechos humanos se ven obligados a exiliarse en países vecinos, y muchos no pueden continuar con su trabajo.
- La presión asociada a la labor de los defensores de los derechos humanos puede empujarlos más allá de los límites de la seguridad física y psicosocial. Esto puede resultar en cierto nivel de trauma y síntomas psicológicos severos de ansiedad, aislamiento, depresión e inclinaciones suicidas. Estos síntomas también se han manifestado en condiciones fisiológicas, incluyendo presión arterial alta y diabetes.
- Los defensores de los derechos humanos, en especial las mujeres y los indígenas están replanteando la noción de “seguridad,” alejándose de una visión militar y policial y acercándose a una concepción más integral y equilibrada en materia de género. Por ejemplo, las defensoras de los derechos humanos están incorporando el cuerpo, el autocuidado y la autoconciencia, al momento de definir la seguridad, y examinando cómo estos elementos pueden afectar otros tipos de seguridad, incluida la seguridad de la familia. Para ellas, la seguridad no es solo reaccionar ante una amenaza; se trata de tener seguridad económica, seguridad alimentaria, seguridad mental o psicológica y seguridad de salud física. Asimismo, los defensores de derechos humanos indígenas están proponiendo incluir su perspectiva en el diseño de mecanismos de protección para activistas, disidentes, periodistas, y otros. Esto ha comenzado a cambiar el enfoque de algunos mecanismos de protección de un modelo individual hacia un modelo más comunitario que da cuenta de la naturaleza colectiva de la defensa de los derechos humanos.
- Los mecanismos de protección administrados por el Estado suelen ser prescriptivos y ofrecen un menú predeterminado de mecanismos de amparo para los defensores de los derechos humanos que no necesariamente responden a sus necesidades específicas ni a los riesgos.
- Las organizaciones internacionales de protección han implementado buenas prácticas generales en materia de salvaguardas y de seguridad facilitadas por la expansión de la accesibilidad a internet. Esto ha permitido mejorar la conexión y la comunicación con las organizaciones de la sociedad civil en el terreno, lo que hace posible reuniones y planificación continuas y más sistemáticas para una protección eficaz.
- El informe contiene dos estudios de caso de defensores de derechos humanos venezolanos y nicaragüenses quienes han sido forzados al exilio en Colombia y Costa Rica respectivamente. Los casos identificaron necesidades claves, individuales, colectivas y contextuales para fortalecer la protección y expandir el trabajo en derechos humano en el exilio.
- Han sido pocos los enfoques para la defensa de los defensores de los derechos humanos en América Latina que se han evaluado de manera sistémica. La necesidad de una evaluación sistemática es una recomendación clave del informe, ya que dicho análisis podría usarse para desarrollar futuros programas y planes estratégicos y ayudar aún más a sistematizar los posibles riesgos de seguridad que los defensores de los derechos humanos pueden enfrentar en casa o en el exilio.
- Si bien persisten lagunas en el conocimiento, la comprensión y el apoyo, este estudio reveló que los propios defensores de los derechos humanos están impulsando acciones para cerrar las brechas y expandir el conocimiento sobre enfoques de protección efectivos. Gracias a su participación activa en las estrategias de protección, los proveedores de reubicación temporal, las organizaciones nacionales de protección y los defensores de los derechos humanos están planteando con mayor frecuencia la noción de protección holística o seguridad integral, que van más allá de la seguridad física o tradicional para incluir iniciativas como atención médica, psicosocial, y apoyo psicoemocional.
El estudio reveló algunas tendencias en materia de protección y apoyo a los defensores de los derechos humanos en América Latina. Por ejemplo:
- En América Latina los defensores de los derechos humanos no reciben la protección necesaria de parte de las entidades estatales autorizadas para brindarla y se registraron casos en que funcionarios gubernamentales se vieron implicados en amenazas y ataques en contra de ellos.
- La mayor necesidad es apoyar y fortalecer las medidas nacionales, incluida la expansión de los albergues en los que pueden refugiarse los defensores de los derechos humanos cuando se produzca un riesgo inmediato.
- En América Latina hay albergues regionales para defensores de los derechos humanos que funcionan al tope de su capacidad.
- La mayoría de las iniciativas están siendo impulsadas con el respaldo de actores externos en lugar de autoridades nacionales o locales.
- En muchos países la demanda de servicios jurídicos por parte de las organizaciones de la sociedad civil y los defensores de los derechos humanos supera la oferta.
- Los defensores de los derechos humanos son vistos cada vez más como agentes de cambio y fuentes de información sobre cómo los movimientos de derechos humanos se organizan y elaboran estrategias en entornos restringidos y antidemocráticos.
Accede al informe completo aquí.
Para los medios interesados en solicitar una entrevista, comuníquese con [email protected].